Un grupo de profesionales, junto con la comunidad, trabaja con el objetivo de preservar y reforestar la vegetación que permitió el crecimiento y auge de la ciudad balnearia
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A fines de 1930, el arquitecto Jorge Bunge comenzó a diseñar el plan de un balneario, dentro del marco conceptual de una “ciudad jardín”. Esta se desarrollaría sobre un campo de dunas en permanente movimiento, en la costa del mar Argentino. El primer desafío fue fijar estas dunas, y para esto debieron realizarse grandes plantaciones.

El trazado original tomó en cuenta las alturas de los médanos, sus curvas y escorrentías. Bajo esta premisa se comenzaron a producir pinos, eucaliptus, acacias y pastos duros. Hoy, tantos años después, Vivero Pinamar surge de una necesidad de reforestación de la ciudad, fiel a aquel plan original que aún prospera y sostiene una identidad que muchos consideran envidiable.

Con una superficie total de tres hectáreas, la ubicación del vivero –sobre avenida Enrique Shaw y boulevard Ameghino– respeta aquella propuesta de que la ciudad crezca hacia el norte. “Cuando comenzamos a pensar en el vivero, sabíamos que queríamos renovar el esquema conocido y agregar nuevas funciones. Desde el master plan, tuvimos en cuenta no solo la producción forestal, sino todas las otras actividades que queríamos desarrollar”, detallan sus encargados.
El equipo está conformado por el arquitecto Alejandro Tobe (master plan, arquitectura y coordinación del Parque Escultural de Pinamar), la ingeniera agrónoma Andrea Diez (a cargo de la producción de plantas, árboles e hidroponía) y la ingeniera forestal Corina Andina (diseño del paisaje). “Necesitábamos un gran galpón industrial, para guardar maquinarias y para que los empleados pudieran trabajar los días de lluvia”, retoman.

Los trabajadores del vivero se dividen hoy en dos grupos: quienes trabajan en el vivero propiamente dicho y quienes realizan tareas de mantenimiento de playas y forestación
Herencia natural
El vivero produce los árboles y las plantas con que se trabaja en los desarrollos locales y es parte del Parque Escultórico de Pinamar (PEP): su destino final es la reforestación del bosque. “El plan productivo fue y seguirá siendo la producción de pinos, entre ellos Pinus pinaster y Pinus elliottii, junto con otras especies forestales nativas, para incorporar al bosque de pinos especies caducas, buscando cambios de colores, texturas, alturas y floraciones marcadas por las estaciones del año”, amplían.

La agrónoma Andrea Diez aporta: “Hace varios años comenzaron a incorporarse otras especies forestales nativas de América (no solo de Argentina), caducifolias en su mayoría, con el objetivo de sumar variabilidad, aportando macizos de pino, color de follajes, arquitectura de planta, siluetas, alturas y floraciones diversas. Entre ellas, aguaribay, ceibo, cina-cina y variedades de acacias”.

También se incorporó la producción y reproducción de gramíneas, plantas que responden muy bien al ecosistema y a las precipitaciones anuales. Algunos ejemplos son Paspalum exaltatum, Paspalum haumanii, Cortaderia selloana, Stipa sp., Eragrostis, Sporobolus rigens y se destaca la Asclepias curassavica, donde transcurre el ciclo de la mariposa monarca, además de ser alimento para otros polinizadores del lugar.
El estanque, por su parte, no es solo decorativo, sino que produce plantas palustres y acuáticas, entre ellas Thalia multiflora, Pontederia cordata y Sagittaria montevidensis.

Después de la pandemia, más de cuatro mil familias eligieron vivir en Pinamar, debido a la posibilidad de estar en el mar y el bosque en cuestión de minutos. Un lugar para trabajar, hacer deportes, educar a sus hijos y disfrutar de una mejor calidad de vida. Para todos ellos, el vivero es un espacio abierto. Tanto residentes como visitantes disfrutan de paseos guiados durante los cuales pueden observar cómo se produce, en qué áreas y cuál es el destino de cada planta. También se brinda asesoramiento y orientación sobre cómo incorporar estas especies a los jardines.

El invernáculo de ladrillo y vidrio reúne a los visitantes que llegan para tomar cursos o asistir a charlas. Ahí también se ubica el local de Café de Fábula, que incluye obras de arte e instalaciones.

Se sirve café, té y otras delicias, todo rodeado por plantas que se adaptaron por cientos de años, especies y combinaciones que entregan la belleza del bosque. “Lo que intentamos promover son especies de bajo consumo de recursos, sean adaptadas, nacidas del médano costero o nativas del país”, aportan.
Hidroponía inteligente
Como parte del vivero, también está el invernáculo destinado a hidroponía. Cuenta con 400 m² y comenzó a producir en diciembre de 2024, sumándose a otro –cercano a Cariló– de 800 m², que se inició en junio de 2021.
“La hidroponía es un sistema cerrado, donde el agua transporta los nutrientes (solución nutritiva) y circula. La planta toma lo que necesita, lo demás lo deja correr y vuelve a la pileta donde se encuentra toda la solución, propulsada por una bomba de agua, autocebante”, explica Andrea Diez, agrónoma responsable.

En el sector de hidroponía se producen variedades de hojas (lechugas crespa, mantecosa y morada, espinaca, rúcula), aromáticas y microgreens. Los principales compradores son establecimientos gastronómicos, supermercados locales y consumidores particulares. “El objetivo fue mejorar la calidad de productos que llegan a nuestra ciudad”, agrega Diez. “Son productos frescos, que llegan a nuestros clientes el mismo día de la cosecha”.

Así, la agrónoma aporta un objetivo adicional, aunque no menos importante: “Todo lo que producimos lo vendemos en Pinamar. Es un ‘mercado 0 km’. Reducimos los tiempos de transporte y fomentamos que los lugareños y visitantes pasen por el invernáculo de producción y lo conozcan”.
Por otra parte, en el vivero promueven el uso controlado del agua, por lo que sus jardines se mantienen sin riego automático. Una propuesta que conecta con la naturaleza, la tranquilidad y la armonía, la magia del bosque nativo y las bondades de proyectar a largo plazo un espacio verde.

♦ DATOS ÚTILES
Las visitas guiadas mensuales son por cupo. Después de las vacaciones de invierno, comenzarán cursos y talleres de arte, dibujo, pintura y tela.
Más información en en @pinamar.ok
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