Franco Colapinto está desconcertado en el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1 por el nivel del Alpine
El A525 es lento cuando está liviano y con gomas blandas y va bien cuando está cargado; “hay cosas que no tienen mucho sentido”, dice el argentino
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Se veía un poco pálido a Franco Colapinto en el “corralito” del circuito Gilles Villeneuve, donde este viernes se desarrollaron dos sesiones de entrenamientos para el 54º Gran Premio de Canadá, 10ª fecha de la Fórmula 1. En la primera tanda el pilarense quedó 19º, y en la segunda, en la que giraron 19 pilotos, 18º.
“No entiendo bien por qué soy tan competitivo en las tandas largas, e incluso más rápido que Pierre [Gasly, su compañero], y después, con poca nafta y gomas nuevas estoy tan lejos. No sé, hay cosas que no tienen mucho sentido”, comentó. Se expresó rápido. Pensaba en voz alta mientras se secaba el sudor y miraba a lo lejos, como buscando allí explicaciones. Hablaba al micrófono de ESPN, pero también a sí mismo.
Ahí estaban los tiempos, lo que al final importa de momento, hasta que este sábado tenga otra oportunidad. Pierre Gasly, su compañero: 1m12s874/1000. Franco: 1m13s898/1000. A 1s24/1000 del francés y a 1s775/1000 del más veloz del día, George Russell, de Mercedes, que había cronometrado 1m12s123/1000. El inglés fue seguido por su compatriota Lando Norris, de McLaren, que registró 1m12s151/1000, y por Andrea Kimi Antonelli, piloto del otro Mercedes, que giró en 1m12s411/1000.
Continuaba con su análisis mientras aún se notaba en su cuerpo la adrenalina de escapar, una y otra veces, durante 25 vueltas, de los malditos muros. “Tengo que entender un poco el por qué, hoy a la noche, y mejorar para mañana... El auto está muy desconectado en curvas lentas. No puedo doblar y se va de atrás”, analizó el argentino.
La palabra de Colapinto al cabo del día en Montreal
Y tenía razón. En las cámaras de a bordo y en la telemetría se podía ver claramente que en cuanto quería hacer rotar el eje trasero, este se desgobernaba en la parte media de las curvas, y en cuanto pretendía acelerar con firmeza, tenía que soltar el pedal o moderar la pisada mucho más que su compañero de equipo.
Colapinto había estado practicando en el simulador de Enstone para conocer virtualmente el escenario de la que va a ser su 13ª carrera en Fórmula 1. Tenía un plan: en la primera sesión del día, explorar con cierta prudencia y establecer un ritmo in crescendo que llegaría a su cenit en la segunda sesión, con los neumáticos blandos. Y así fue todo el proceso.
El viento aparecía con energía a la mañana sobre los múltiples brazos del caudaloso río San Lorenzo, que es la savia y la vida de Montreal. Debido a la tensa situación entre Estados Unidos y Canadá, no se esperaba que hubiera aficionados estadounidenses y, por lo menos en este primer día, no fueron vistas banderas de barras y estrellas, aunque sí algunas mexicanas. Claro, también algunas argentinas con el rostro de Franco Colapinto. Los vecinos adyacentes del sur no habrán llegado, pero daba igual: las tribunas ya estaban llenas.
Resulta fácil llegar a esa isla alargada y artificial, creada con las tierras y piedras extraídas en Montreal para crear los túneles del servicio de trenes subterráneos. Y el propio metro es la mejor manera de llegar. Este viernes los pilotos se quejaron mucho porque tuvieron embotellamientos para acceder a los estacionamientos del paddock.
El primer semitrompo de Colapinto
El jueves Colapinto había dado algunas vueltas en bicicleta al circuito y reconocido a pie las curvas y los detalles de los pianos. Tras la primera sesión del viernes, en la que protagonizó un semitrompo sin consecuencias en la curva 2 por tener todavía fríos los neumáticos, fue calibrando su manejo sobre el dibujo de 15 virajes. El más rápido de aquellos en los cuales hay que frenar es el 3, que se toma a unos 142 kilómetros por hora. El más lento: la horquilla, curva 10, que da a la larga recta y a la que se encara a 75 km/h, aproximadamente.
Franco hizo ese semitrompo y, ya en la segunda tanda, protagonizó otro en el mismo sitio. Y muchos otros pilotos siguieron de largo en las calles de escape. Dos audaces rompieron sus coches: primero, Charles Leclerc, de Ferrari, tras 9 vueltas en la práctica 1, y luego el local, Lance Stroll, de Aston Martin, en la 2. Incluso, Lewis Hamilton cortó la respiración de los mecánicos de Ferrari con un trompo, aunque sin consecuencias. Habría sido demasiado para Ferrari porque tuvo que cambiar el chasis de Leclerc, por lo cual el monegasco se perdió el segundl entrenamiento del día. Montreal es muy exigente con los frenos y, de ahí, la acumulación de excesos que ya no se producen cuando el ritmo se aquieta para completar tandas largas.
El golpe de Lance Stroll en su tierra
La pista de Montreal tiene algunas semejanzas con la de Bakú, donde se efectúa el GP de Azerbaiyán y Franco terminó 8º en 2024, y se podía pensar que en Canadá el argentino superaría sus resultados de este año. Pero la pista no lo es todo: también influye, ¿cómo no?, el automóvil, y evidentemente el Alpine no resulta tan progresivo y estable como lo era el Williams. Ya en Montmeló el viernes por la tarde Colapinto había señalado esa desconexión entre el eje delantero y el trasero.
En la sesión inicial (FP1) de este viernes Gasly marcó 1m13s817/1000 y quedó 6º, mientras Colapinto acabó 19º con 1m14s645/1000, 0,828 segundos por detrás del francés. Y dio un aviso de lo que sucedería en la FP2. En la última parte de la FP1 los equipos pusieron más combustible y, aun con calzado blando, el bonaerense marcó 1m18s442/1000, siendo momentáneamente más rápido que Gasly, que registró 1m18s57/1000.
Compacto de la primera sesión de ensayos
En los primeros intentos con el calzado blando que Alpine utilizó durante toda la sesión, el coche se mostraba ligeramente subvirante (deslizaba del eje delantero) porque se lo había configurado con una reducida carga en el alerón anterior. En esos momentos Franco respetaba las salidas de las curvas y frenaba antes que Gasly. En cuanto se cargó combustible para una tanda larga, tuvo que luchar contra una inestabilidad repentina del eje trasero que lo obligó a un par de rápidas correcciones en su vuelta más rápida, que iba a ser incluso más veloz que la mejor de Gasly en esas condiciones.
En el intermedio entre las sesiones, el equipo hizo algunas correcciones que iban a favorecer la adherencia con tanques bastante cargados. Y la segunda sesión del día iba a terminar por desconcertar a Colapinto. Inició, como casi todos sus rivales, con neumáticos blandos y su tiempo de 1m13s898/1000 lo dejó 18º. En realidad, último, porque no estaban en la pista Leclerc ni Stroll.
El segundo semitrompo de Colapinto
Se veía claramente en la cámara embarcada que, tanto en la curva 10 (horquilla, la más lenta) como en las 1 y 2 no podía ni tocar el acelerador porque el coche le daba un fuerte latigazo. Y entonces comenzaba su calvario. Desde la salida de la 2 y hasta la de la 7, perdía casi medio segundo contra Gasly. Y desde la salida de la 9 hasta la línea de meta se completaba el resto de la diferencia en contra, 1,024 segundos.
Es mucho margen, y con razón Colapinto trabajó con su ingeniero durante la tarde-noche del viernes para reequilibrar su auto. Pero lo desconcierta que, en cuanto se llena medio tanque, el comportamiento mejora mucho. Eso no alcanza; es necesario ser rápido con combustible para unos tres o cuatro giros, en condiciones de prueba de clasificación.
Resumen de la segunda tanda de prácticas
Aun así, para completar la fotografía del viernes, hay que analizar la tanda de tanques llenos (condición de carrera). Con gomas medias, el argentino completó 14 rondas a ritmo muy parejo, dejando un tiempo, el mejor suyo en ese contexto, de 1m16s549/1000. A la vez Gasly giraba con el mismo compuesto y en casi la misma cantidad de vueltas dejó un tiempo de 1m16s832/1000.
Del viernes al sábado en España, hace dos fines de semana, el A525 de Colapinto mejoró mucho en la puesta a punto. En esta ocasión, su paquete aerodinámico es el mismo que estrenó Gasly en Montmeló y que lo situó octavo en la grilla entonces. Ahora el francés quedó 12º en la FP2. Si Colapinto consiguiese calmar el eje trasero y si es el mismo que dio una agradable sorpresa en Bakú el año pasado, este sábado despejará muchas nubes.