¿Quién sobrevive a “Maycember”?
Felicitaciones, llegamos al punto medio del año; ahora el desafío es hacer a un lado el estrés
4 minutos de lectura'


NUEVA YORK.— Hay una palabra que, desde que The New York Times la adoptó hace un par de semanas, se escucha por todos lados. Es ineludible en los grupos de WhatsApp escolares, en los posteos de madres y en los memes que circulan con demasiada verdad: Maycember. Una fusión entre May (mayo) y December (diciembre), el término “mayembre” describe un fenómeno tan real como inofensivamente ridículo: la sensación de que mayo es tan caótico como diciembre, pero sin los regalos, las burbujas ni la magia de las fiestas de fin de año en una ciudad que las celebra como ninguna.
La primavera boreal transcurre entre actos escolares, picnics, ferias de ciencias, despedidas, chicos estresados por exámenes que podrían definir su entrada a la universidad, chicos estresados por finales de torneos que podrían hacer lo mismo con una beca deportiva, excursiones, disfraces, graduaciones.
Una fusión entre May (mayo) y December (diciembre), el término “mayembre” describe un fenómeno tan real como inofensivamente ridículo: la sensación de que mayo es tan caótico como diciembre, pero sin los regalos, las burbujas ni la magia de las fiestas de fin de año en una ciudad que las celebra como ninguna
Según el matutino, para los padres todo esto puede requerir la logística de un comando SEAL, y el “¿Qué me estoy olvidando? Definitivamente algo que voy a recordar a las tres de la mañana” se volvió el mantra local.
No ayuda una característica distintiva del sistema escolar aquí: su expectativa de que los padres sean parte activa de la comunidad educativa. Hace años que el helicopter parenting viene siendo cuestionado. Pero la estructura misma de las escuelas suele empujar a los padres a sentirse helicópteros sobrevolando todo lo que hacen los hijos. Parece haber un mandato tácito de anotarse como voluntario para los picnics, acompañar excursiones, hornear cupcakes caseras, decorar salones para la “semana del aprecio docente”, armar stands para la feria de ciencias o coordinar rifas. Aunque esa participación tiene su costado valioso —permite construir redes, conocer de cerca el entorno escolar y compartir momentos con los hijos—, también implica que la vida adulta, llena de logística, termina subsumida a la infantil.
Mayo muestra que, si bien se pagó la membresía del gimnasio, lo más probable es que no se haya pisado después de enero: una encuesta de la radio pública NPR reveló que la mitad de la gente lo abandona antes del quinto mes
Para completar el cuadro, el fin de mayo también marca una revelación incómoda: voló la primera mitad del año. Aquí las famosas resoluciones de Año Nuevo son cosa seria. En diciembre, entre brindis e intercambios de buenos deseos, es casi de rigor preguntar por las ajenas. Los latiguillos para 2025 eran previsibles: este iba a ser el año del self care (el famoso autocuidado), del quality time (el igualmente famoso tiempo de calidad en familia), y ni hablar de los ascensos laborales o desafíos intelectuales.
Mayo muestra que, si bien se pagó la membresía del gimnasio, lo más probable es que no se haya pisado después de enero: una encuesta de la radio pública NPR reveló que la mitad de la gente lo abandona antes del quinto mes. Que los chicos siguen con los iPads en la mesa, que el trabajo sigue igual, y que al book club con amigas —si se fue— no se llegó con el libro semisesudo leído, sino con reseñas resumidas por ChatGPT. Una investigación de la Universidad de Columbia indica que solo alrededor del 25 % de las personas mentienen sus resoluciones después de un mes, y menos del 10 % logra cumplirlas.
Fin de mayo es ese momento en que, al ajetreo, se suma el sacudón de darse cuenta de todo esto. Encima, hay que ver qué se hace con la familia durante las vacaciones.
Para quienes crecieron en el hemisferio sur, el desconcierto con “mayembre” es relativo. En países como la Argentina, donde el año académico y el calendario coinciden, el frenesí escolar y las emociones álgidas siempre van de la mano con el calor. No es que aquí sea novedad, pero con el término Maycember en boga, tomó renovados bríos.
Lo bueno es que ese mismo desborde contribuyó a lo que muchos llaman la “epifanía de mayo”: la idea de que las resoluciones de Año Nuevo tal vez convendría hacerlas en junio con el panorama más definido. Y que quizás el verdadero self care consista en entender que hay meses en los que sobrevivir sin olvidar una sola rifa ya es un logro heroico, y no hay que pedir tanto más.

Otras noticias de Conversaciones
- 1
El geriátrico del horror en Belgrano: qué penas pidieron para los dueños y médicos por las muertes y cuándo se conocerá el fallo
- 2
Se dispara el precio del petróleo tras el ataque de Israel: qué impacto podría tener en la Argentina
- 3
¡Dejá el celular y agarrá un libro! Novelas, biografías, cuentos… guía para elegir tu lectura del fin de semana largo
- 4
Ataque de Israel: ¿Irán tiene capacidades para responder con fuerza?